Recuerdo cuando, siendo más
pequeño, me encaminaba junto con mis amigos a los salones recreativos con
moneditas de 25 ptas (las del agujerillo) y si, alguna vez con un trozo de hilo
o cuerda fina para engañar a las máquinas y jugar mas partidas. Allí jugué a
varios juegazos que marcaron mi infancia, Knigts of the round, punisher, el
pang, incluso un juego que constaba de dos recreativas juntas Dungeon´s &
Dragon´s: Shadow over Mystara y que se podían jugar cuatro jugadores a la vez.
Pero hoy os quiero hablar con el que, junto al Golden axe, más me e divertido y
mas horas de mi infancia le e dedicado (perdí la cuenta de las veces que lo habré
terminado), Sunset Riders.
Un juego de Scroll horizontal creado
por Konami en 1991 para las salas recreativas y más tarde para Megadrive y Supernintendo, en el que se daban cita cuatro pistoleros con ganas de
llenar de plomo al que se pusiese por delante. Dos de ellos (Steve y Billy)
armados con pistolas, los cuales eran más rápidos disparando aunque tenías que
ajustar la puntería, y otros dos (Bob y Cormano) con escopetas, más lentos al
disparar pero sus ráfagas se expandían siendo más fácil dar a los enemigos.
El control era comodísimo
pudiendo disparar en ocho direcciones, deslizarte por el suelo para esquivar
los disparos de los enemigos, engancharte en lugares para subir o bajar por los
distintos niveles del escenario (normalmente dos), devolver dinamitas que te
lanzasen, etc.
El juego requería bastante
habilidad, sobre todo en niveles avanzados, para esquivar balas y responder a
ellas ya que en ocasiones la cantidad de ellas en pantalla no toleraba el
mínimo error de cálculo, haciéndote planear estrategias para juntar los
disparos de los enemigos en un lado de la pantalla y poder escabullirte hacia
el otro, todo esto sin dejar de disparar y sin un momento de respiro.
La variedad de escenarios te
hacía recorrer los parajes típicos de las películas del Oeste como ranchos,
salones, poblados indios…todo ello con un aspecto muy colorista y unos gráficos
de lujo.
Correr por encima de toros, perseguir
trenes a caballo…el juego siempre te mantenía ocupado en tu caza de forajidos,
y los jefes finales eran todo un reto para los jugadores.
Un juego divertidísimo
jugándolo tú solo, a dobles o incluso
con cuatro personas en la misma
pantalla.(creo recordar que tanto en la Megadrive como en la Supernintendo el máximo de jugadores eran dos)